Me laten las sienes, esta noche nos hemos mudado de casa y tu madre ha salido corriendo hacia la parada del bus.
Recuerdo la música que sonaba aquel día, recuerdo que concertamos una nueva cita para dos días después.
Que nauseas, cuanto necesito provocarme el vómito, es todo un alivio físico y mental, me hacer sentir más limpia, junto con la comida semidigerida, junto al ácido flemoso y la bilis salen también los remordimientos, se esfuman al tirar de la cisterna.
Mi abuela la salió a buscar, la sentía a ella tan cerca de ambas, sólo ella podía interceder, ella mediaría un acuerdo entre las partes.
Que inquietud, que nudo en la garganta, que necesidad de cerrar los ojos y recordar palabras e imaginar situaciones futuras, imaginé tus labios, tu lengua, tus manos recorriendome.
Que bien me siento ahora, esta ha sido la última vez que lo hago, ahora empiezo de cero, estoy límpia, pero no me apetece ver a nadie, no soy como ellos, no me entienden.
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